El Gobierno nacional concretó este lunes la firma de los contratos de concesión y transferencia de acciones de las represas Alicurá, El Chocón, Piedra del Águila y Cerros Colorados, un movimiento que consolida la salida del Estado de la gestión directa de activos clave del sistema energético y que, según la versión oficial, permitirá ingresos por más de US$706,8 millones.
Los acuerdos alcanzan a complejos ubicados sobre los ríos Limay y Neuquén, considerados estratégicos para la generación eléctrica, y habilitan de manera inmediata el inicio de la transición operativa hacia las empresas adjudicatarias, que asumirán el control de la operación tras décadas de administración estatal.
El resultado económico del proceso surgió de una licitación en la que participaron ocho empresas, cuyas ofertas fueron destacadas por la Secretaría de Energía como una “valorización significativa” de los activos.
La firma de los contratos contó con la presencia de funcionarios nacionales y de los gobernadores de Neuquén y Río Negro, y cerró la instancia formal necesaria para la transferencia accionaria, completando así una etapa central del plan de privatizaciones impulsado por la gestión de Javier Milei.
Con los acuerdos ya rubricados, se abrió el período de transición en el que las nuevas concesionarias deberán cumplir compromisos de inversión, mantenimiento y modernización, mientras el Gobierno sostiene que el nuevo esquema permitirá garantizar la continuidad del servicio y avanzar hacia una gestión “más eficiente”, según sostuvo el Gobierno, de uno de los principales complejos hidroeléctricos del país.