El ya escándalo judicial por otra causa más que desnuda
el aparato de espionaje y seguimiento ilegal de la AFI durante el gobierno de Cambiemos que se investiga en el juzgado federal de Lomas de Zamora a cargo de
Federico Villena no sólo acumula más de una treintena de personalidades del ámbito político como “objetivos” de inteligencia clandestina, sino que también
expone una vieja costumbre de la familia del ex presidente: espiarse entre sí.
Es que además de dirigentes opositores a Cambiemos -como la vicepresidenta
Cristina Fernández de Kirchner, que se interiorizó de la causa y declaró como víctima ante Villena- e incluso figuras PRO -como
Horacio Rodríguez Larreta, que hoy confirmó que también concurrirá a Lomas de Zamora-,
Mauricio Macri incurrió en una práctica que ya lo tuvo como imputado: espiar a sus hermanas y sus parejas.
Quien ahora
figura como espiado por la AFI de Macri y Gustavo Arribas es el italiano Salvatore Pica, novio de Florencia Macri, hermana de Mauricio.
El caso, inevitablemente,
remite a cuando en 2009 la familia Macri tuvo que desfilar en la Justicia por el espionaje ilegal al parapsicólogo Néstor Leonardo, pareja entonces de Sandra Macri. En aquella oportunidad la responsabilidad por la intromisión sobre Leonardo quedó descargada en el fallecido
Franco Macri, padre de Mauricio, cuya salud física y mental comenzó a deteriorarse a comienzos de 2018.
Ahora la cosa es otra: Mauricio ya no tiene a Franco para que figure como culpable. Además, el período en que su propio cuñado Pica fue espiado por la AFI, ente bajo comando del Poder Ejecutivo por organigrama, sucedió con él como Presidente de la Nación.