31.12.2018 / Entrevista exclusiva de balance anual

Marcó del Pont: “Este 2018 será recordado por la corrida al FMI en que se perdió la última cuota de soberanía"

La extitular del Banco Central criticó con dureza el desempeño del Gobierno y caracterizó a los últimos 12 meses como el resultado de "tratar de instaurar un régimen liberal de manual en un contexto internacional no propicio para este tipo de experimentos". Consultada por una nota para Macri este año, el número fue peor que un aplazo: "Es un -10".

por Marcelo Rielo



A poco de iniciarse el último año de administración de Cambiemos a menos que resulte reelecto, la extitular del Banco Central Mercedes Marcó del Pont criticó con dureza el desempeño del Gobierno en 2018 y lo caracterizó como el resultado de "tratar de instaurar un régimen liberal de manual en un contexto internacional que no es de lo más propicio para este tipo de experimentos"

“La nota para la economía del Gobierno en 2018 es -10”, disparó sin dudar la exfuncionaria de la gestión de Cristina Fernández de Kirchner en una entrevista exclusiva con Política Argentina consultada por una calificación númerica que describa, a modo universitario, cómo fue la performance de Mauricio Macri este año. Finalmente, debido al propósito de este artículo, afirmó que ese número negativo  "se puede acomodar en un 0".


-¿Por qué una calificación tan baja?

Este año quedó muy de manifiesto la inconsistencia del programa económico del Gobierno. Básicamente, a mi juicio, está muy vinculado a tratar de instaurar un régimen liberal de manual en un contexto internacional que no es de lo más propicio para este tipo de experimentos, y finalmente fue lo que precipitó la crisis en el año 2018 que llevó a que el Gobierno tuviera que ir a pedirle auxilio a las corridas al Fondo Monetario Internacional.


-¿Cómo describiría a este intento de "instaurar un régimen liberal de manual"?

Es un proyecto económico ortodoxo neoliberal que, al igual que otras experiencias históricas en la Argentina, se sustenta en la apertura financiera, en la apertura comercial, en la desregulación cambiaria, en la liberación de la cuenta capital, y que lo único que generó durante los primeros años, ya en 2016 y en 2017, fue un proceso de endeudamiento sin contrapartida que lo único que hizo es viabilizar la fuga de capitales.


-Para el Gobierno, la fuga no parece ser un problema, sino más bien una consecuencia positiva de no intervenir el mercado cambiario con distorsiones.

Le pongo mucho énfasis al tema de la fuga de capitales, hacia la dolarización en la Argentina, porque cuando uno mira qué pasó con ese endeudamiento es casi un espejo: lo que se fue por fuga está en relación al endeudamiento que tomó la Argentina sin precedentes en tan poco tiempo.


-¿Y el dólar y la devaluación? ¿Qué rol tuvieron en este 2018 de -10?

Este es el Gobierno que siempre planteó que lo primero que iba a hacer es resolver el problema de la inflación y el problema de la insuficiencia de dólares, que el anterior gobierno también tenía. Pero creo que, como siempre ocurre con estos regímenes, al liberalizar el tipo de cambio descubrió –oh, sorpresa- que el dólar es una de las variables fundamentales en la formación de precios en la Argentina y que esas presiones cambiarias están muy asociadas a su decisión de apertura comercial, es decir insuficiencia de divisas por el lado de déficit comercial, y apertura de la cuenta capital, es decir fuga de capitales y liberalización del tipo de cambio.


-No menciona el problema del déficit fiscal, que para el macrismo es el problema nuclear.

No hablo de la cuestión fiscal, porque no creo que parte del problema sea por una cuestión del desequilibrio fiscal que el macrismo terminó profundizando a través de estos impactos recesivos y regresivos de lo que fue la reforma tributaria. A mi juicio estamos metidos en un baile de un régimen que es insostenible, que es inconsistente: tomar deuda para financiar la fuga, tomar deuda en dólares para financiar gasto en pesos, plantear una política monetaria que ha regenerado en la Argentina una burbuja de especulación financiera. Si yo tuviera que decir qué es este modelo económico es, otra vez, uno de especulación y valorización financiera.


-Este modelo, así descripto, se parece mucho, como dijo, a otras experiencias por las que pasó la Argentina. ¿Por qué en esos casos la crisis económica tardó bastante más tiempo en desarrollarse que en el caso de la administración Cambiemos?

Pongo mucho énfasis siempre en que, cuando uno compara con otros modelos similares a éste –como Cavallo en los 90- y por qué tuvieron más tiempo de duración si tuvieron los mismos efectos perversos y el mismo desenlace de crisis recesiva, externa y social, es porque había entonces un contexto internacional muy favorable que bancó la convertibilidad hasta la crisis del tequila. Este Gobierno lanza esta política de apertura y desregulación en un contexto en que ya había una reversión de los flujos financieros de corto plazo, una reversión de los flujos de inversión, donde los precios de los commodities estaban cayendo y no subiendo, donde el comercio mundial y el crecimiento mundial tienen tasas que son la mitad de lo que eran previo a la crisis de la subprimes, con unas tendencias proteccionistas muy fuerte incluso anteriores a la asunción de Trump en EEUU. En ese contexto fue suicida el programa de libro de desregulación plena. Nadie en el mundo está ejercitando proyectos económicos de esta naturaleza. Y es lo que explica que otra vez Argentina sea uno de los países de la región y del mundo que más está sufriendo. Miremos los datos de América Latina para este año y el próximo: ¿por qué la CEPAL pronostica que vamos a ser de los pocos países de América del Sur que van a caer en sus PBI, que van a tener más inflación, indicadores macroeconómicos deteriorados?


QUÉ VA A PASAR EN 2019

-¿Va a ser 2019 un año con una remontada a partir del segundo trimestre, como argumenta el Gobierno?

Yo creo que la economía el año que viene va a caer en torno al 2% y que esta proyección que hace el Gobierno es un poco lo que se dice ´el rebote del gato muerto´. Si se toca fondo, en las comparaciones interanuales aparecen algunos indicadores de mejora vinculados a la desaceleración de la inflación, y ésta es la apuesta del Ejecutivo. Que esa desaceleración de la inflación pueda generar una especie de rebote frente al piso que se generó con la recesión. Esa hipótesis está absolutamente condicionada por la dinámica del sector externo. Para que este escenario que plantean ocurra, no tiene que haber otra crisis cambiaria, otra corrida como la de este año. Porque esto genera, además de los efectos políticos, impactos inflacionarios, recesivos.

-Entonces la pregunta es si va a haber otra corrida como la de este año y cuándo va a ser.

Va a haber otra crisis cambiaria, pero la pregunta que uno tiene que hacerse es si va a ser antes o después de las elecciones. La apuesta del Gobierno es llegar a un escenario de tranquilidad cambiaria hasta octubre. La pregunta es: ¿va a poder? ¿De dónde va a sacar los dólares si hay un proceso de fuga, como siempre ha ocurrido, cuando los ahorros tienden a irse hacia el peso? Ahora hay una situación muy artificial de ahorro localizado en plazos fijos, que vienen creciendo muy fuerte, en algunos títulos en pesos del Gobierno, pero yo no descarto que se genere un desplazamiento hacia el dólar presionando. Ahí la pregunta va a ser qué va a hacer, si va a salir a vender las reservas. ¿El FMI le va a permitir vender reservas, o le va a volver a pedir que deje flotar el tipo de cambio? Y eso es devaluación. Entonces nuevamente, como ocurrió en 2018, lo que ocurra va a estar atravesado por esta dinámica del sector externo.